¿Qué es la Pedagogía Waldorf?

Es fundamental entender que la pedagogía Waldorf no se trata de una técnica, ni de una didáctica exclusivamente, sino que parte de una concepción del ser humano conformado por su cuerpo físico, su alma y su espíritu que a través de diferentes etapas de desarrollo físico, anímico e intelectual está preparado para descubrir el mundo desde diferentes aspectos.

 

Rudolf Steiner desarrolló este modelo de enseñanza en 1919 creando ese año la primer escuela waldorf en Stuttgart. Esta pedagogía está orientada a fortalecer los aspectos físico-sensibles tanto como los anímico-espirituales, procurando guiar a los individuos en el desarrollo ético y espiritual, aumentando su fuerza moral, agudizando sus facultades de percepción y extendiendo sus capacidades de pensamiento y juicio, a través de las propias capacidades del ser humano en cada una de sus etapas de desarrollo. De este modo pretende dar respuestas a las necesidades del hombre y los problemas sociales a partir del análisis de las dimensiones específicas del ser humano (el pensar, el sentir y la voluntad).

 

La pedagogía Waldorf parte de una concepción amplia e integral del ser humano, persigue el desarrollo de cada individualidad, facilitando el despliegue de sus capacidades, habilidades y potencialidades propias, en la búsqueda de construir una sociedad más equilibrada y cooperativa en lo social y potenciadora de la subjetividad en lo individual. Las cualidades morales que acompañan a este pensar disciplinado son paciencia, serenidad, respeto, reverencia, veneración, dedicación a la verdad, honestidad con los hechos, entusiasmo por el trabajo, interés por el mundo, amor y gratitud hacia los demás y responsabilidad por los propios actos.

 

Los procesos de aprendizaje atienden los ritmos individuales y colectivos, alternando momentos de concentración y de distensión; actividades intelectuales con actividades artísticas y prácticas, cuyo obrar  conjunto constituye un verdadero entramado rítmico organizado de manera diaria, semanal, mensual y anual. El sistema de enseñanza en épocas facilita la asimilación de los contenidos y a partir de actividades rítmicas, los niños, niñas y jóvenes adquieren confianza y seguridad en sí mismos y en su entorno. Esto implica una planificación transversal donde la materia principal es acompañada por materias rítmicas que complementan la imagen o el tema que se está desarrollando.

 

Por otra parte la práctica es un elemento esencial dentro de la dinámica del aprendizaje, sólo luego de vivenciar o experimentar y de analizar y poner en palabras lo descubierto se llega a niveles de abstracción según cada etapa evolutiva de los niños niñas y jóvenes.